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Cara Y Cara XIX Escarmiento (parte 1)

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Description

Bullet; Red ¡ATENCIÓN!Bullet; Red El siguiente capitulo está protagonizado por José Borges y Lady Sith. Este relato posee un alto contenido sexual, machista, palabras vulgares y asesinato, y pueden ofender algunas personas.(Aunque me esforcé por no exagerar en el uso del lenguaje vulgar) Este capitulo no está recomendado para menores de 18, monjas, feministas extremistas y otros quisquillosos.Y a los demás quiero decirles: Espero que disfrutéis! ;)
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-¡Nos va a matar!-exclamó dejando que el miedo se apoderara de si-¡Seguro que nos va matar!Lo sé...
-¡Eh!tranquilo tío, no nos va a pasar nada-dijo Lucio.Y miró a Sith, para que ella le ayudara a acalmar a su compañero.
-Sí que se va enfadar-razonó ella-pero dejadme a mí,se cómo llevarme con José. Lo resolveré sin mayores perdidas.
-Haremos todo que lo que tú nos diga-respondió el Ratas,sumiso.
-De acuerdo-dijo Lucio no muy seguro.Pero tampoco quería confrontar el lado oscuro de su hermana.-Pero ¿cómo la policía ha descubierto el container?
-Porque este es su trabajo.Esas cosas pasan-dijo sin estar muy preocupada.-Aunque conmigo eso nunca pasó. Dejémonos de lamentar, ahora nos toca enfrentar al jefe Borges.

Llegaron al almacén abandonado. Probablemente José los esperaba allí con sus lacayos .
Caminaron hasta el centro, donde Centinela y Samantha estaban parados, rodeados de otros mercenarios.
Sith y Samantha se miraban fijamente, como dos leonas apunto que atacarse.Lucio se encaró con Centinela.Sabía que él era los "ojos" de José y que estaba constantemente espinando a su hermana Lucía.Y el Ratas estaba muriéndose te miedo, al verse rodeado de asesinos de la peor especie, cabizbajo dijo:
-Todo eso me da muy mala espina.

-Esto aquí se parece a un zoo-dijo Sith con desprecio-y solo faltabas tú Ratas.Aquí tenemos la zorra-dijo refiriéndose a Samantha-el águila chivato-refiriéndose a Centinela-además, hay burros, camellos, cochinos, gorilas y otros animales exóticos-refiriéndose a los demás-pero,¿dónde está el Lobo, mi animal preferido?
-Hoy es un gran día para mí-dijo Samantha con una sonrisa triunfante-presenciaré  tu final.
-Y yo que tú me habría cepillado los dientes.Tu aliento...huelle a polla-y todos empezaron a reírse.

Enojada, Samantha no consiguió pensar en un buena replica.Al ver que casi todos se reían de ella, dijo:
-Sith ha fracasado en su misión, causando problemas a los intereses del jefe.Y aún así, parece que seguís de su parte.
Unos de los mercenarios le contestó:
-Oye Samy, todos aquí preferimos enfrentarnos al mismo diablo que ganarse la enemistad de Lady Sith.

Al oír que José se acercaba todos se callaron.Parecía muy furioso, más que de costumbre.

Borges los mira con una mirada fulminante. Sobretodo a Sith y Lucio. Y ellos a su vez le sostenían la mirada sin demonstrar miedo.Y Ratas estaba apunto de hacerse en cima de tanto miedo.
-Sith me has decepcionado.Me fallaste.-dijo José con una falsa tranquilidad.
-Lo siento señor, hemos seguido el plan.Pero a la policía se adelantó, descubrieron todo.
-Llegasteis tarde al local.¡Deberíais haber llegado a las ocho y no las nueve!-vociferó.
-Entonces, alguien nos pasó la información equivocada.-razonó Sith-Lucío¿de quien recibiste las informaciones?-preguntó.
-Fue Samanth...
-¡¿Qué?!-exclamó Sith interrumpiéndole-Me cago en la...¿a caso no sabes que esa tía me odia?Está dispuesta hacer cualquier cosa con tal de perjudicarme.-y volviendo la mirada a José dijo:
- Samantha nos preparó una trampa y usted lo sabe.
-Samantha,¿tú les distes informaciones equivocadas?-preguntó José.
-No, mi señor.Nunca haría algo así.
-¡Puta mentirosa!-y dos lacayos de José sujetaron a Sith para que no se lanzara sobre su enemiga.
-Ratas, ¿sabes lo que les pasa a los que me defraudan?-preguntó José, aun con falsa tranquilidad.
-Señor...es que...hemos hecho todo lo posible...no, por favor no-empezó a suplicar cuando  vio a  José sacar un pistola.Y  lo silenció con un balazo en la cabeza.Y el cuerpo de Ratas se desplomó en el suelo.

En seguida José apuntó con la pistola a la cabeza de Lucio.El hermano de Lucía era uno de los obstáculos que le impedía acercarse a su "angelito".Y por eso debería se eliminado.
Aunque Lucio no le gustaba, Sith tenía que impedir que José lo matara.Lucio es un hombre problemático, pero era uno de los pocos hombres con valor, dispuesto a enfrentarse a José.Y Sith aún podría usarlo a su favor.

-Usted no puede matarlo.-dijo Sith-Le causará un gran dolor a ella si lo matas-refiriéndose a Lucía. Sith sabía que José nunca haría nada que pudiera perjudicar a Lucía.Pero su odio hacía Lucio y el deseo que poseer a Lucía lo estaban cegando.

Centinela observó con curiosidad a Lucía, dominada por su personalidad escura, esforzándose por calmar a su jefe que estaba a punto de cometer un error.Y entonces él se acercó a José y le susurró:-Mi señor, matarlo delante de ella podría traer consecuencias desastrosas.Cuando la señorita Rodriguez se cure de su trastorno sabrá que usted mató a su hermano...Sé que usted encontrara un otra manera de deshacerse de él.

-Déjelo que se vaya-dijo Sith-Soy yo la culpable.Yo lideré la misión.Y sé que todo eso es por mí.Venga, aquí estoy, lléveme a mí.Eso es lo que busca.
-Mi diablilla siempre tan arrogante-dijo José, sin dejar de mirar y apuntar la pistola a Lucio.-Crees que el universo gira al derredor tuyo...¿cómo te atreves a ofrecerme tu cuerpo, si tú ya eres mía?
-Porque solo yo puedo darle algo que todavía no le pertenece.
Sith escuchó el poderoso gruñido procedía del pecho de José.

Contrariado, José baja la pistola.

-¡Venga Lucio, largo de aquí!-le gritó Sith.
-Pero...
-¡Que te largues de aquí!-le interrumpió Sith-O te mataré yo misma.

Vacilante, Lucio dio unos pasos hacia atrás. Y cuando él les dio la espalda, José le disparó en el muslo izquierdo. Lucio reprimió un gritó de dolor.Sujetando la pierna con las dos manos, siguió arrastrándose hasta la salida del almacén.

-¿¡Porqué le disparaste!?-indagó Sith.
-Eso lo mantendrá inactivo por algunas semanas.-y José entregó la pistola a Centinela.Y Centinela a su vez le entregó una cuerda.

En aquel momento Sith supo que él la ataría con la cuerda, cosa que nunca  había hecho.Por lo menos con ella.Odiaba la idea de ser amarrada.Quizás estuviera un poco insegura, pero lo disimuló con la barbilla en alto y extendiendo las manos para que él pudiera amarrarlas.

Después de atar las manos de Sith con la cuerda, José se le acercó y le susurró al oído:
-Te follaría aquí mismo, delante de todos, para que supieran que eres  mía.
-Y tú eres un machista hijo de puta.Pero no consigo odiarte-dijo seccionándole el lóbulo de la oreja, y se lo mordió ligeramente.

José pensó que sería mejor que Sith y él fueran en coches separados.O no le daría tiempo de llegar a casa.
"No podré resistirme...acabaría por follarla en el puto coche" pensó él.

-Centinela, Sith irá contigo en tu coche-dijo , dando las instrucciones al hombre que era su brazo derecho.

Centinela ascendió con la cabeza.

-Y yo iré con usted señor-se ofreció Samantha, agarrándole el brazo.

Sith puso los ojos en blanco.

-Señora, por favor acompáñeme-dijo Centinela a Sith-Me gustaría recortarle que usted se ha ofrecido de buena gana a mi señor.Conque espero que no cometa ninguna imprudencia hasta que lleguemos a la mansión Borges.-le recordó con formalidad.A Centinela le estaba prohibido cualquier acercamiento con Sith, incluso tutearla.
-Descuida "Centi", me portaré como una buena niña que no soy.

Cuando llegaron, José sacó a Sith del vehículo tirándola por brazo con cierta brutalidad.Se agachó un poco abrazarla por los muslos. Llevándola, echó a Sith sobre su hombro izquierdo.Parecía un bárbaro que acababa de invadir un pueblo romano.Y Sith era su despojo.
-¡Ponme en el suelo maldito bruto!-protestó Sith, dándole golpes en sus espaldas con las manos atadas.-¡Puedo caminar yo sola!
Samantha se divertía con la escena.
José entró con Sith en la sala de estar.Antes de cerrar las puertas miró a Centinela con una mirada que indicaba que no quería ser molestado.
Samantha decidió esperar en el vestíbulo junto a Centinela.Como un buitre, ella esperaría el momento de devorar al cadáver de Sith.

Sith estaba en el centro de aquel salón oscuro, observando a José. Quisiera poder leer su mente y saber que su mente maquiavélica planeaba.Con atención observaba como él se iba quitando la camisa.La desabotonó con rapidez y brusquedad. También se quitó el cinturón y lo tiró al suelo.Se distrajo por un momento, al ver cómo la luz de la noche iluminaba su torso poderoso.
José cogió su tijera de cortar puros.Por un momento, Sith pensó que él usaría su tijera cortar la cuerda.Pero José la usó para hacer un corte en el  vestido negro de ella.Y rasgó con fuerza la tela del corto vestido.  En seguida, no fue difícil para él romper la delicada tela de su ropa intima, dejándola completamente desnuda.Empezó a olerla como un animal que busca indicio de otros machos.Empezó por el cuello y fue bajando hasta su ingle.Lo único que pudo sentir era el perfume de Lucía.Ellas no usan las mismas fragancias.Así que raras fueron las veces que pudo sentir la fragancia de Lucía.Aquel olor dulce, fresco y tranquilizante le estaba volviendo loco.Era muy distinto al aroma sensual y exótico de Sith.
Cuando él se acercó a su pubis, Sith suspiró hundo.Su cuerpo estremeció en solo pensar que él podría...

-Sabes muy bien que te lo chuparía entero-y respiró profundamente para sentir el olor de su intimidad-Pero hoy no es su día de suerte.-Y la pulso de espaldas para él.Y le dio un manotazo en su nalga derecha, mientras mordiscaba su nalga izquierda.

En un acto de desesperación, Sith trató de deshacer la atadura.Era su última oportunidad, antes que el deseo sexual controlara su cuerpo.Atada y excitada: no habría salida.Estaría a su merced.
Sith sintió el calor de su torso musculoso cuando él la abrazó por detrás con avidez.Sus manos grandes sujetaban sus pechos.Sintió roce su barba áspera y gris deslizar por su cuello.Su piel se erizó.Ahogó un gemido.

-¿Aún sigues follando con aquel mecánico?-preguntó susurrándole al oído.
-Eres muy consciente de mi debilidad por los norteños-respondió.
José soltó un gruñido, alejándose de ella.Ascendió su puro y empezó a beber whisky de la botella sin servirse de vaso.
-¿Por qué esa obsesión por Lucía ahora?-indagó Sith-Cuando tuvo un noviete en la universidad parecía no importarte.

José se sentó en su sillón y miró por unos instantes la única mujer que nunca había poseído por completo.

En todo su vida, el Lobo  había devorado muchas mujeres.Siempre tuvo cualquier mujer que se le antojara.Y no tenía escrúpulos, tampoco prejuicios: altas, bajas, gordas, flacas y de variadas etnias.No elegía sus victimas por lo exterior, sino por sus miedos, inseguridades, ambiciones o depravados deseos. Así que en su lista incluían hasta mujeres como: enanas, monjas, discapacitadas y otras mentalmente desequilibradas. Pero Lucía  era un caso especial: para poseerla por completo tendría de acostarse con ella y con su otra personalidad oscura.Por eso siempre trató que separar las dos personalidades, aunque habitarán en mismo cuerpo.
Pero por un momento José observó de una manera distinta la mujer que tenía delante.Y vio a Lucía.Todos estos años tratando acercarse a ella, pero de todos los modos siempre tuvo ahí. Sith era tan solo su caparazón, su protección y también su autodestrucción.¿Cómo desarmarla y alcanzar su esencia dulce y frágil?

-Todavía no me has respondido: ¿porqué esa obsesión por Lucía?-preguntó una vez más tratando de conseguir alguna información.

La verdad es que José tampoco  tenía muy claro la razón de su fuerte deseo por Lucía.Era algo que se apoderaba de él cada día.Quizás el sentimiento de protegerla se había convertido en este deseo incontrolable. Pero hombres como José tampoco premeditan sus acciones, sino que toman a fuerza lo que creen pertenecerles. Así que se levando y dijo:

-Porqué ella es mía.Igual que tú.¡Las dos me pertenecéis!-vociferó dando énfasis en la última frase.-No creas, en muchas ocasiones quise matar a Felipe. Pero sé que él nunca se acostó con mi ángel. Siempre se llevó a la cama la diablilla.¿verdad?¡Respondáme!-gritó-­¡No me mientas!
-Es cierto.En sus años en la uni, Lucía y Felipe nunca fueron íntimos de verdad-dijo tratando de no usar la palabra "follar" para no provocarlo más.-Cuando Felipe intentaba algo, Lucía se ponía muy insegura y yo asumía este ahí.
-¿Entonces Lucía es virgen?-indagó.
-De cierto modo sí.Pero sabes muy bien que este cuerpo que ella y yo compartimos no lo es.

José sabía que ya Lucía no era virgen.De hecho él mismo mismo le había quitado su virginidad.El día en que se curara de su trastorno, ella se recordaría de su primera vez con él.Por esta razón había sido cuidadoso con ella.Pero hasta entonces, estos recuerdos solo le pertenece a Sith. De modo que Lucía no se recordaba de ninguna experiencia sexual.

-Te dije muchas veces que Lucía es mi talón de Aquiles-le recordó Sith-Cuando rompió con Felipe sufrió mucho y  tuve que llevarla en mis hombros.Así que la única manera de protegerla es no permitir que se acerque de manera intima a ningún hombre.
-Espero que esto incluya el mecánico vasco.Porque seré yo su primer hombre, así como fui el tuyo.-dijo el decidido.Ignorando los sentimientos de Lucía por Viktorio.-Si aún lo no he conseguido, es por tu culpa. Tú me distraes. Pero esta noche te voy a castigar, por haberme fallado.
-Esto es injusto.¡Sabes muy bien que aquella puta portuaria siempre me tiene preparado trampas y jugarretas!-dijo furiosa, al recordar que Samantha es la culpable de estar atada.
-¡No me importa!Deberías ser más cautelosa y menos confiada.

José se quitó los pantalones sin ceremonias. Se preparó*** y se sentó en el sillón.Puso la botella de whiskey en la mesita que tenía al lado del sillón.Volvió a mirar a Sith, mientras fumaba su puro.Su polla estaba muy tiesa, apuntando hacia arriba.

-La verdad es que tampoco quiero que te pongas celosa.Eres seductora con Cleopatra, ambiciosa como Lucrecia Borja y astuta como Isabel La Católica.Ven, acércate mi Diablilla-dijo él, haciendo un gesto con la mano-Despacio.Quiero oír el sonido de tus tacones sobre el piso de madera.

Contrariada, enojada y algo excitada, Sith lo obedeció.Trató de imaginar de que manera él la iría castigar.La verdad el hecho de estar de manos atadas ya era un castigo.
Se sentó a horcajadas sobre él.Pasó las manos sobre su cabeza, abrazando su cuello.Luego lo sintió penetrarla.Había disimilado muy bien su excitación, pero seguramente él ya lo había notado, al sentirla tan húmeda.

Él gruño de gusto.

-Ahora escúchame bien-dijo él con la voz baja, casi susurrando-Sé que puedes galopar sobre mí como una amazona salvaje.Pero este es el ritmo que debes mantener: ni más rápido, ni más despacio.-le instruyo, usando la mano izquierda para dictar el ritmo.

Sith le contestó con un mueca de disgusto.

Al principio aquel ritmo pareció placentero, pero luego se volvió algo frustrante. Un ritmo que mantenía el cuerpo sexualmente excitado, pero tampoco la haría llegar al clímax. Sith quiso aumentar el ritmo pero aquella mano seguía pegada a su cadera, asegurándose que ella mantuviera la velocidad estipulada.

-Me estoy aburriendo-protestó ella unos instantes después.
-Necia, te estoy castigando.No tiene que gustarte-dijo entredientes-Calla y sigue masajeandome la polla con tu coño prieto.-y le dio un manotazo en el trasero.

Mientras seguía moviendo su cadera, observó como José disfrutaba.Sentado en su sillón como si fuera el rey del mundo.Y con la mano derecha-que estaba libre-llevaba el puro a la boca o la botella de whisky.A veces se cerraba los ojos, sintiéndose relajado y tranquilo.Podía oírlo respirar profundamente y escuchar sus gruñidos de placer.

Después de unos instantes, Sith ya empezaba a sudar.

-José, tengo sed.-dijo ella.

Él llenó un vaso con whisky y hielo, y llevó a la boca de Sith. Que por su vez bebió un poco del Whisky, pero con la lengua cogió un cubo de hielo.Chupar la piedra de hielo le ayudaría inhibir la sed.
Pero José, al ver que ella le había robado un hielo, invadió con su lengua la boca de ella.Y en un beso salvaje y apasionado los dos empezaron a pelar por el hielo.
Sith ya no luchaba por el hielo, sino por la boca de aquel hombre salvaje y invasivo.Ella sabía que el beso para José era algo muy intimo.De hecho folló a muchas, pero besó a muy pocas.Lloriqueó cuando él consiguió quitarle el hielo.Quisiera seguir besándolo hasta que el hielo se derritiera por completo en sus bocas.
Con la boca, José usó lo que quedaba del hielo para deslizar sobre el cuerpo de Sith.
Los músculos del cuerpo de Sith se tensaban y templaban al sentir aquellos labios fríos y el hielo.Empezó por el cuello y fue bajando despacio hasta su esternón.Y siguió deslizando hasta llegar en su pezón de derecho.Y él lo mordiscaba y chupaba hasta que hielo se derritiera por totalmente.
Sith ahogaba sus gemidos, casi sin aliento.
Con el vaso aún en la mano, José lo pasó por el vientre de Sith. Las gotas de sudor cayeron en el vaso y se mezclaron con el whisky.Entonces él lo bebió y dijo:
-Exquisito.

El cuerpo de Sith ya no podía más, quería gozar.Pero siguiendo aquel ritmo sería imposible llegar al máximo del placer. Sith contrajo los músculos internos de su vagina para dificultar la penetración y quizás así llegar al orgasmo.Pero eso solo aumentó el placer de José, empezó jadear con más intensidad.

-¡Hijo de puta!Déjame que me corra-protestó ella.

José siguió fumando su puro, ignorándola. Disfrutaba verla domada y furiosa.Quería verla suplicar por el placer.
Sith no pensaba en darle el gusto de verla rogar por un orgasmo.De modo que seguío moviéndose arriba y abajo sobre sus caderas.Pero su  cuerpo ya se sentía muy cansado y disgustado.Así que, en un momento dado, su cuerpo se rindió. Sith se detuvo y se dejó caer sobre el cuerpo de él. Estaba agotada.
Al verla rendida, José empezó embestirla rápido y con fuerza.
Sith apenas podía gemir.Su cuerpo, aunque cansado, rápidamente retomó la excitación.Pero cuando estuvo a punto de llegar, él se detuvo.

-José, no te pares-le pidió con la respiración entrecortada.
-Di que eres mía y dejaré que te corras-le ordenó-O te lamentarás si no lo hace.

Sith dudo por unos instantes, pero quería satisfacer su cuerpo que clamaba por el intenso placer que José le podía dar.Y por fin dijo:
-Sabes que soy tuya...sí, soy toda tuya.

Él la abrazó de manera posesiva y volvió a embestirla con intensidad.Sintió el cuerpo de ella pronto se entregaría por completo.Aceleró el ritmo aun más.
-Así me gusta...eso, córrete para mí-le ordenó cuando ella, templando de placer, alcanzó el orgasmo-¿Ves? Eres mía-y con una poderosa última embestida, él la siguió.

Se quedaron en el sillón por unos minutos más, recuperándose de lo intenso que había sido aquel momento.
Luego, José se levando con ella y la dejó acostada en el sofá.
Sith escuchó un abrir y cerrar de cajones.Lo vio acercarse con algo hecho en cuero en las manos.Era un cinturón de castidad.
José puso el cinturón en ella sin problemas, y cerrándolo con un candado de código de cinco dígitos.
Ella ya no tenía fuerzas para luchar, estaba cansada y atada.

Y  él desamarró sus  manos.

-¡Quitame eso José!-gritó golpeándole en el pecho con lo que le quedaba de fuerza-No soy tu esclava.
-Ese será tu castigo.Y solo Lucía podrá sacarte el castigo-dijo mascullando.
-¡Entonces me pudriré con esto.A Lucía no le importará nada su sexualidad!

-No pienso discutir eso contigo-dijo disfrutando al verla tan furiosa, como un animal atrapado, sin salida-Llévate este teléfono móvil.A las tres de la madrugada sonará el alarme y entonces Lucía me tiene que despertar y llamarme.¡Y ni se te ocurra pasarte por ella!O habrá represalias.
-Todo eso fue por Lucía...-pensó Sith en voz alta-Lucía no querrá llamarte.
-Es mejor que tú la convenzas o...
-Habrá represalias.¡Lo sé!-le interrumpió.Ya no podía estar allí ni un minuto más.Estaba muy enojada con José. Tenía ganas de arañarle toda la cara.
"Me la pagará con creces" pensó Sith vengativa.

Su vestido estaba totalmente roto.De modo que vistió la camisa negra de José. La camisa le quedaba tan grande que le llegaba a la mitad de los muslos.También usó el cinturón de él, convirtiendo así la camisa en un vestido corto.
-Espero que esto te haya servido de escarmiento-le dijo José con su tono autoritario.
Sith salió del salón hacía el vestíbulo dando zancadas y echando humos.
Samantha miró a Sith por encima del hombro y con una sonrisa triunfante.Ahora que José estaba peleado con ella, ocuparía el lugar de su rival como la preferida de su pervertido jefe.
Sith ignoró a Samantha. Sabía que ella fue tan solo una marioneta en las manos de José. Pero en el momento debido recebaría su merecido.
José también se dirigió hasta el vestíbulo.
-Quiero que lleves Sith a casa, en seguridad-dijo a Centinela, sin importarle el hecho de estar completamente desnudo.

Centinela asintió.

Samantha se quedó hipnotizada al ver su jefe sin ropa y sudoroso. Olía a whisky, tabaco y sexo. Antes que ella pudiera ofrecerle su cuerpo- como siempre lo hace-,José la interrumpió y dijo:
-Me voy a mi habitación,¡y que nadie me moleste!


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PD:
***"Se preparó" = Hay algo que la gente que lee cuentos eróticos no les gusta: los condones. Sencillamente les corta el rollo, así opté por usar el verbo prepararse. Así el lector podrá interpretar a su manera e imaginar si él usado condón o no. Además, aquí ya no somos niñas sabemos la importancia de cuidarnos en las relaciones sexuales. ;)

Después de este capitulo José me gusta aún más. No que esté de acuerdo con sus métodos. Es que él es el malo de la historia y no defrauda...bueno a menos a mí no me ha defraudado.Espero que tampoco a vosotras =D
Bueno, este capitulo y el siguiente no sigue los patrones de las novelas eróticas que hay por ahí, donde las escenas eróticas suelen ser románticas. Cuando José y Sith están en acción estoy obligada a retratar el sexo de una manera más cruda, con pocos sentimientos.Me he inspirado en escritores con Ken Follent y Ildefonso Falcones.

Lucía me tiene muy preocupada...José está descontrolado, no sé que va hacer...O_O

Perdonadme los errores gramaticales, es que cuando más reviso este capitulo más errores encuentro u.u' A cada error gramatical mio los restos mortales de Miguel de Cervantes se mueven en su tumba xD jajaja
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Comments16
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RatitaFutbolera's avatar
¡JOSE! ¡JOSE! ¡JOSE! ¡JOSESITO DE MIS INSTINTOS BASICOS!...

Aunque parece que a Josesito ya le entró lo cuaresmal, lo decente, porque anda muy vestido ¡A enseñar un poco mas José!  ¡Grrrr!
:) (Smile) Love Hug Heart